Monreal alista terreno para una reforma electoral que podría mover el tablero

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En la Cámara de Diputados empezó a moverse la maquinaria política rumbo a una posible reforma electoral. Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política, adelantó que si la iniciativa del Ejecutivo llega la próxima semana, existe la posibilidad real de convocar a un periodo extraordinario a mediados de enero. Dicho en palabras simples: si el proyecto aterriza pronto, los diputados se reunirían antes de lo habitual para entrarle al tema sin esperar al arranque formal del periodo ordinario.

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Por Bruno Cortés

 

En la Cámara de Diputados empezó a moverse la maquinaria política rumbo a una posible reforma electoral. Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política, adelantó que si la iniciativa del Ejecutivo llega la próxima semana, existe la posibilidad real de convocar a un periodo extraordinario a mediados de enero. Dicho en palabras simples: si el proyecto aterriza pronto, los diputados se reunirían antes de lo habitual para entrarle al tema sin esperar al arranque formal del periodo ordinario.

Monreal explicó que la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral está afinando los detalles finales del documento y que, aunque se consultó si podría adelantarse el envío para aprovechar diciembre —un mes más relajado para revisar con calma—, aún no están listos. La expectativa es que, después del 25 de diciembre o en la primera semana de enero, se pueda remitir el proyecto a la Comisión Permanente y arrancar desde ahí el análisis. Todo dependerá de ese calendario para saber si habrá o no periodo extraordinario.

También dejó claro que, sin la reforma electoral, no hay urgencia para convocar un extraordinario. Otros asuntos pueden aguantar hasta el 1 de febrero, cuando inicia el periodo ordinario. Esta postura es importante porque pone en perspectiva el peso político del tema electoral frente a otras iniciativas: es la única que podría adelantar los tiempos legislativos.

Monreal dio algunas pistas sobre lo que podría traer la iniciativa presidencial: posibles ajustes a las diputaciones plurinominales, cambios en la manera en que se reparten las prerrogativas a los partidos, una nueva definición de circunscripciones, la situación de los tribunales electorales locales y el futuro de los Oples. Son temas que han estado sobre la mesa durante meses, pero nada está cerrado hasta que llegue el documento oficial.

Aprovechó para hacer balance del periodo legislativo que acaba de concluir, que según sus palabras fue uno de los más cargados en años recientes. Se celebraron 44 sesiones, se presentaron más de mil iniciativas y se aprobaron reformas de peso: desde dos cambios constitucionales hasta siete nuevas leyes y 46 modificaciones a leyes vigentes. Entre los avances que destacó está el llamado “click to cancel”, una ley que facilitará cancelar suscripciones digitales que hoy parecen diseñadas para no dejarte ir. También subrayó la prohibición de venta de bebidas energizantes a menores, la reforma contra la extorsión, la nueva Ley Aduanera, los ajustes al juicio de amparo y todo el Paquete Económico, que es la columna vertebral financiera del país.

Recordó además las discusiones largas, como la Ley de Aguas, que se debatió durante 25 horas seguidas, y las reformas sobre cafeticultura, ascensos en la Armada, acceso libre a playas y otros temas que aún están en revisión del Senado. Quedaron pendientes leyes como la referente al abuso sexual, los delitos ambientales, el Procedimiento Contencioso Administrativo, la revocación de mandato y, por supuesto, la propia reforma electoral.

En cuanto a si la democracia mexicana está en riesgo, Monreal fue tajante: no. Afirmó que las instituciones están fortalecidas y que los mecanismos de democracia participativa, como la consulta ciudadana y la revocación de mandato, muestran nuevas formas de involucrar a la ciudadanía. Aun así, admitió que el nuevo régimen no está “consolidado”, que quedan tareas pendientes y que el número de reformas constitucionales aprobadas —44 en lo que va del sexenio— muestra que el país está atravesando un rediseño institucional profundo.

El documento Balance Legislativo, distribuido a medios, confirma que la LXVI Legislatura cerró un periodo sumamente productivo, alineado con la agenda gubernamental y enfocado en reforzar el llamado “segundo piso” de la Cuarta Transformación. Más de mil iniciativas se turnaron a comisiones, se aprobaron 55 decretos, y se realizaron sesiones históricas tanto por su duración como por su contenido.

La expectativa ahora está puesta en la reforma electoral. Si llega en tiempo, enero podría arrancar con actividad anticipada en San Lázaro. Y si no, el tema se irá al periodo ordinario, donde se definirá no solo la arquitectura electoral del país, sino también el alcance de la nueva etapa política que el gobierno busca consolidar.

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