Sheinbaum cuenta cómo fue su charla con Trump y Carney en el sorteo
La política suele prestarse a rumores, pero esta vez Claudia Sheinbaum quiso dejar claro que, al menos en el palco del sorteo del Mundial 2026, no hubo nada de intrigas diplomáticas. Según la presidenta, la conversación con Donald Trump y el primer ministro canadiense Mark Carney fue tan terrenal como cualquier plática entre aficionados: equipos, selecciones, y la eterna duda sobre quién trae mejor nivel rumbo al torneo.
Por Juan Pablo Ojeda
La política suele prestarse a rumores, pero esta vez Claudia Sheinbaum quiso dejar claro que, al menos en el palco del sorteo del Mundial 2026, no hubo nada de intrigas diplomáticas. Según la presidenta, la conversación con Donald Trump y el primer ministro canadiense Mark Carney fue tan terrenal como cualquier plática entre aficionados: equipos, selecciones, y la eterna duda sobre quién trae mejor nivel rumbo al torneo.
Sheinbaum contó que el intercambio giró en torno a detalles del sorteo: si un equipo estaba en el grupo correcto, si otro tenía nivel para pelear, o por qué cierto papelito cayó donde no tocaba. Nada más. Incluso relató entre risas que Trump preguntaba con genuina curiosidad si ciertos equipos eran “buenos o no tanto”, mientras Carney hablaba de hockey —pasión nacional en Canadá— con una soltura que dejó fuera a la presidenta: “yo no sé mucho de hockey”, admitió.
La mandataria subrayó que Trump se mostró “muy amable”, algo que agradeció no como gesto personal, sino como un reconocimiento a la investidura presidencial mexicana. Un detalle importante en tiempos donde cada gesto diplomático pesa.
Pero lo sustancioso llegó más tarde. Ya en una reunión trilateral privada, los tres mandatarios dejaron atrás el balón y entraron al terreno del comercio. Aunque no se discutió de lleno el futuro del T-MEC —tema sensible ante los mensajes contradictorios de Trump, que a ratos amenaza con cancelarlo y a ratos habla de renegociarlo— sí coincidieron en mantener el trabajo conjunto para fortalecer la colaboración regional.
Sheinbaum calificó el encuentro como “muy positivo”, con una hora de duración y un tono constructivo pese al contexto complicado: nuevos aranceles globales desde Washington y la incertidumbre comercial que persiste en Norteamérica. Aun así, México presume una buena posición, especialmente tras concluir la revisión de 54 barreras no arancelarias que habían frenado el intercambio.
Autos, acero y aluminio se convirtieron en los temas base del acuerdo para seguir colaborando. Sectores clave que, en plena transición económica norteamericana, definen parte del futuro común entre México, Estados Unidos y Canadá.
Así, entre pláticas de fútbol, diplomacia cuidada y negociaciones discretas, la presidenta mexicana cerró su primera reunión trilateral marcando un tono: firmeza en lo comercial y claridad en lo que realmente se habló… aunque haya sido sobre goles y hockey.
