Trump endurece presión sobre Venezuela y no descarta un conflicto armado

Por Juan Pablo Ojeda

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, elevó el tono frente a Venezuela al afirmar que no descarta una guerra con el país sudamericano, en medio de una estrategia de presión que combina sanciones, incautaciones petroleras y operativos contra supuestas redes de narcotráfico. La declaración marca un giro relevante en su discurso y vuelve a tensar el escenario político internacional.

En una entrevista telefónica con la cadena NBC News, difundida este viernes, Trump fue directo al ser cuestionado sobre un posible conflicto armado. “No lo descarto, no”, respondió, luego de que su gobierno ha intensificado acciones contra embarcaciones cercanas a Venezuela que, según Washington, estarían vinculadas al tráfico de drogas o al comercio ilegal de crudo.

La postura del mandatario llega días después de que ordenara bloquear la entrada y salida de Venezuela de todos los petroleros sancionados por Estados Unidos. Esta medida se sumó a la incautación de un barco cargado de petróleo cerca de las costas venezolanas y a una serie de operativos navales en el Caribe y el Pacífico.

La Casa Blanca sostiene que estas acciones buscan debilitar al gobierno de Nicolás Maduro, al que acusa de encabezar el llamado Cártel de los Soles, una acusación que Caracas ha rechazado de manera reiterada. Trump aseguró que las incautaciones continuarán y advirtió que cualquier embarcación que ignore las sanciones será llevada a puertos estadounidenses.

Sin embargo, el presidente evitó precisar si el objetivo final de su estrategia es un cambio de régimen en Venezuela. Al ser interrogado sobre si busca derrocar a Maduro, respondió de forma ambigua: “Él sabe exactamente lo que quiero”, recordando además que ambos sostuvieron una llamada telefónica en noviembre pasado.

Trump ha prometido en distintas ocasiones que “pronto” comenzarán ataques contra supuestos objetivos del narcotráfico dentro del territorio venezolano, lo que ha generado preocupación tanto en la región como dentro de Estados Unidos. El hecho de que no descarte una guerra representa un cambio respecto a su discurso de campaña, en el que se pronunció contra la participación estadounidense en conflictos extranjeros.

Este endurecimiento también ha provocado críticas entre sus propias bases políticas, que le reclaman priorizar la política exterior sobre problemas internos como el aumento del costo de la vida. A nivel institucional, el tema ha reabierto el debate sobre los límites del poder presidencial, ya que para declarar formalmente la guerra se requiere la autorización del Congreso.

El Partido Demócrata ha insistido en que Trump necesita el aval del Poder Legislativo incluso para los ataques contra supuestas narcolanchas, subrayando que cualquier escalada militar sin ese respaldo podría violar la Constitución estadounidense.

Mientras tanto, el conflicto con Venezuela se mantiene como un foco de tensión permanente, con implicaciones geopolíticas y económicas que también impactan a América Latina, incluida México, en un contexto internacional cada vez más volátil.